Asi como un brote, estalló la vida.
Rompió la fuente,
dolió el desgarro
y lloró conmovida.
Floreció ruidosa
la niña esperada
y floreció la madre
que aún no sabía
cuánto podía amarla.
Y el pelo y sus ojos,
cual ramas, retoños,
dan savia nueva
y verde esperanza.
Un lazo de acero y miel.
Un lazo de seda y calor
una madre, una hija, una mujer.
lunes, 30 de junio de 2008
poesía....mujer
Y Dios me hizo mujer
de pelo largo, ojos, nariz
y boca de mujer,
con curvas y pliegues
y suaves hondonadas,
y me cavó por dentro,
me hizo taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara todo mi cuerpo.
Nacieron así las ideas,
los sueños, el instinto.
Todo lo creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil una cosas que me hacen
mujer todos los día,
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.
GIOCONDA BELLI
escritora nicaraguense
Gracias a mi amiga Mónica
de pelo largo, ojos, nariz
y boca de mujer,
con curvas y pliegues
y suaves hondonadas,
y me cavó por dentro,
me hizo taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara todo mi cuerpo.
Nacieron así las ideas,
los sueños, el instinto.
Todo lo creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil una cosas que me hacen
mujer todos los día,
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.
GIOCONDA BELLI
escritora nicaraguense
Gracias a mi amiga Mónica
viernes, 20 de junio de 2008
Desde mis entrañas, mis hijos
Desde mis entrañas, mis hijos.
¿Cuántas veces escuchamos esa palabra y no sabemos muy bien el sentido? Entrañas: lo más intimo, lo profundo, lo que está dentro, escondido, como parte de uno y que no se vé.
En el mas amplio de los sentidos, entrañables son los hijos.
Ese hijo que llega a la pareja , o a la familia, en el momento más esperado o llega en el momento que más dificultades hay y ni se habia pensado en él.
Y desde ese momento es el centro de la vida.
La mujer se siente invadida por tantos sentimientos y emociones que necesita de esos 9 meses para ir tejiendo dentro y fuera de su cuerpo, la poderosa idea de ser mamá.
Los cambios en el cuerpo, son más evidentes que los cambios en su corazón.
La panza que crece, los pechos que duelen, los pies hinchados y las molestias diarias, no logran calmar esos sentimientos que ahogan la garganta, y que no se pueden ocultar ya, en ningún momento del día.
Cómo seré como mamá? Incertidumbre y temor nos desvelan.
Y a la vez un gozo profundo nos inunda el alma que se refleja en esa mirada sonriente y ese caminar " tirada para atrás " que nos hace ver tan orgullosas.
Y no es para menos!
En el vientre, le estamos dando forma a un ser único e irrepetible que fue soñado por Dios y ahora por mí, para que habite este mundo y se realice plenamente como persona.
Y será mi responsabilidad, junto con mi esposo, el nutrir el cuerpo y el alma de este ser que estamos po-creando con Dios.
Qué soberbia la mía! Solo es mi cuerpo el que está colaborando, toda la obra de creación es divina.
Imaginar ese hijo, sentir ese hijo, amarlo antes de verlo, es la experiencia más maravillosa de la mujer . Y cuando nace, arrancado de las entrañas, sabés que ese dolor ya es fruto, y se te olvida todo , ante el primer llanto que escuchás.
Y crees que todo el amor que podes sentir , está depositado en ese pedacito de vida que llora en tus brazos.
Y cuando nace el segundo, sentís lo mismo, y el tercero y el cuarto.
Qué maravilla ha hecho Dios con la mujer, de darle tanta capacidad de amar, que cuanto más dá, más tiene para dar.
Y el lazo que mantuvo unida tu vida a la de tu hijo a pesar de cortarse físicamente, nunca se cortará espiritualmente.
El más fuerte lazo de amor, el de madre-hijo.
Hijos de mis entrañas, qué felicidad haberlos parido, que felicidad verlos crecer.
Los amo
mamá
¿Cuántas veces escuchamos esa palabra y no sabemos muy bien el sentido? Entrañas: lo más intimo, lo profundo, lo que está dentro, escondido, como parte de uno y que no se vé.
En el mas amplio de los sentidos, entrañables son los hijos.
Ese hijo que llega a la pareja , o a la familia, en el momento más esperado o llega en el momento que más dificultades hay y ni se habia pensado en él.
Y desde ese momento es el centro de la vida.
La mujer se siente invadida por tantos sentimientos y emociones que necesita de esos 9 meses para ir tejiendo dentro y fuera de su cuerpo, la poderosa idea de ser mamá.
Los cambios en el cuerpo, son más evidentes que los cambios en su corazón.
La panza que crece, los pechos que duelen, los pies hinchados y las molestias diarias, no logran calmar esos sentimientos que ahogan la garganta, y que no se pueden ocultar ya, en ningún momento del día.
Cómo seré como mamá? Incertidumbre y temor nos desvelan.
Y a la vez un gozo profundo nos inunda el alma que se refleja en esa mirada sonriente y ese caminar " tirada para atrás " que nos hace ver tan orgullosas.
Y no es para menos!
En el vientre, le estamos dando forma a un ser único e irrepetible que fue soñado por Dios y ahora por mí, para que habite este mundo y se realice plenamente como persona.
Y será mi responsabilidad, junto con mi esposo, el nutrir el cuerpo y el alma de este ser que estamos po-creando con Dios.
Qué soberbia la mía! Solo es mi cuerpo el que está colaborando, toda la obra de creación es divina.
Imaginar ese hijo, sentir ese hijo, amarlo antes de verlo, es la experiencia más maravillosa de la mujer . Y cuando nace, arrancado de las entrañas, sabés que ese dolor ya es fruto, y se te olvida todo , ante el primer llanto que escuchás.
Y crees que todo el amor que podes sentir , está depositado en ese pedacito de vida que llora en tus brazos.
Y cuando nace el segundo, sentís lo mismo, y el tercero y el cuarto.
Qué maravilla ha hecho Dios con la mujer, de darle tanta capacidad de amar, que cuanto más dá, más tiene para dar.
Y el lazo que mantuvo unida tu vida a la de tu hijo a pesar de cortarse físicamente, nunca se cortará espiritualmente.
El más fuerte lazo de amor, el de madre-hijo.
Hijos de mis entrañas, qué felicidad haberlos parido, que felicidad verlos crecer.
Los amo
mamá
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