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No sé su nombre, pero sentada en el colectivo me habló de su vida, de sus problemas de su dolor.
La gente necesita un oido para compartir sus penas y les pesen menos.
Enfermera desde hace 30 años, trabajadora y fuerte, junto a su esposo llevó adelante una familia con dos hijos. Hoy, grandes, pero no tanto, 57 años, se veía cansada y abatida. Su esposo enfermo, operado y en lenta recuperación, ella tambien enferma , había recorrido muchas oficinas para autorizar estudios, análisis y remedios.
Como si a uno le gustara enfermarse para llenar formularios!
Pero lo que me impresionó, fue, que ante mi consuelo de que "todo pasa", y "tenga confianza en Dios, que ya saldrán adelante"..., me contestó: dijo el Señor:"nadie puede tener una carga más pesada de la que puede llevar"...
Y me conmovió su aceptación, que no es lo mismo que resignación, y su humildad.
Nos despedimos,seguras de una oración al Señor nos uniría.
Diálogos de colectivo. Ni siquiera sé su nombre...
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