martes, 16 de febrero de 2010

Qué bendición!


Sí, Señor! Qué bendición son los hijos.
Mi primogénita, mi hija mayor, mi amor, la madre de mis nietos: su mejor obra.
El amor y su dedicación a la familia están reflejados en los nenes. Que la adoran...igual que yo.
A veces me dicen:" no has cortado el cordón umbilicar todavía!!" Y no es así. El compartir nuestras vidas, el comentar nuestras cosas, son normales(creo yo) entre madre-hija. A veces sé que es ella la que llama, antes de levantar el teléfono.
Me consulta y la consulto. Dialogamos,nos respetamos, nos entendemos.
Ella sabe todo de la familia. Es la guardiana de los recuerdos, de las fechas, de las fotos, en fin, de la historia familiar.
Me ayuda a revivir momentos de los años en que eran todos chiquitos.
Con ella comparto una tarde de mates con charla o en silencio, pero juntas.
Me auxilia con mis ignorantes preguntas de internet; la que me aconseja cuando le pregunto:" me quedará bien este color?"," y estos zapatos, te gustan?""estoy muy maquillada?".
Siempre está presente con una tarjetita o un regalo.
Cada cumpleaños de sus hijos están certificados por una foto que nos regala a todos.Madraza y profesional, duerme poco y trabaja mucho.Compañera de madrugadas cuando viajamos todos en familia, o de noche, tarde, luego del teatro o cena compartida.
Los hijos tiene algo de nosotros, pero gracias a Dios, son ellos. Distintos. Únicos e irrepetibles.
Hay un momento de la vida, en que debemos pasar " la posta". Y no siempre es fácil, nuestra tendencia es pensar: "nadie lo podrá hacer como yo".
Pero en mi familia, estoy segura que me suplirán con mucha eficiencia y lo principal... mucho amor!En ella confío.

te amo

mamá

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que hermoso ma!!! Eres la mejor Lau!! Las quiero a las dos y echo de menos las tardes de mates... que serán intensas si Dios quiere en estas Navidades