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Salir de compras es una actividad que nos gusta hacer, porque además de un paseo, implica conseguir algo que uno necesita o desea y al hacerlo con gusto, las endorfinas nos rejuvenecen y hacen estar mejor.
Estacionamos el auto y caminamos unas cuadras, mirando las vidrieras.
El objetivo de hoy era:ropa de hombre.
Como ya conocemos la zona, fuimos directamente al lugar que pensamos ibamos a encontar lo que buscábamos.
Un pantalón, camisas, saco.
En la vidriera habia varios modelos,así que decidimos entrar.
El empleado muy amable que nos atendió, nos mostró todo, y mientras mi marido se probaba, yo miraba.
El negocio es grande, prestigioso, tiene muchos años en la zona. Varios vendedores de trajes, cumplían su tarea. Las empleadas administrativas, con la computadora, atendían a otra señora.
El señor mayor, tiró con fuerza las prendas sobre otro mostrador, y empezó a dictar los valores de las prendas. Con ceño fruncido, malos modos y en voz alta.
Las empleadas casi no respiraban y el clima era de violencia psiquica.
Luego llama a un vendedor, de más o menos 40 años y lo reprende, sin motivo, para que se apurara a atender a la gente que entraba.
Esta película ya la había visto yo en otra oportunidad, y estaba esperando el momento para mostrar mi estupor.
El señor mayor camina hacia mí, luego del sermón a su empleado y me pregunta:"está atendida Sra?"
Con una sonrisa respondí:
-"Qué le pasa que está tan enojado en un día tan hermoso?", Sí estoy muy bien atendida, le respondí.
Su sonrisa se transformó en mueca, porque vislumbró a qué me refería, y siguió de largo.
Me rebela y enfurece la persona que cree, que por ser dueño, propietario, más rico o más alto, más fuerte o más famoso, desprecia y humilla a otra persona.
Pobres empleados, seguramente necesitan ese trabajo!Pero son tratados tan groseramente y sin necesidad por el dueño que hizo salir lo peor de mí, aunque no tanto como para bajar a su nivel.
No compraremos más aquí, decía para mis adentros y me compadecía de los empleados.
Un buen lider, establece una relación con los demás, estableciendo pautas claras, previas, y si alguien se equivoca, que no fué éste el caso, lo corrige pero no en público!.
Este pobre señor, no sabe, que así como trata, lo tratarán..allá arriba, cuando llegue. y aunque confío en la infinita misericordia del Señor, el orgullo y la soberbia, no los perdona ni Dios!!
Tito, que pena que me das!
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