miércoles, 20 de octubre de 2010

la vida espiritual


Por qué le tenemos miedo a la vida espiritual?
El cuerpo se lleva los laureles en cuanto a su culto:gym, dieta, pilates, aerobic,etc. Y está muy bien cuidarlo. El intelecto ocupa su lugar, presionado por el trabajo y el desarrollo profesional , que obliga a una actualización y estudios permanente.
Y cuando hablamos de la vida espiritual, que es nada más ni nada menos que darle el sentido a la vida, nos relajamos, nos da pereza, nos sentimos comprometidos, nos parece una obligación más, y la dejamos para más adelante, para las viejitas que van a misa y no tienen otra cosa que hacer.
Los padres, son los primeros educadores. Quién enseña a hablar?y a caminar? y a dibujar?Que maravillosa tarea nos ha dado Dios, de llevar de la mano a nuestros hijos por el camino de la vida!Y les ponemos las vacunas,para proteger su cuerpo, y elegimos su colegio para que se eduquen, para que su futuro tenga las herramientas necesarias para vivir en la sociedad.
Y la vida espiritual?La deben elegir los niños? Es como ponerlos a pilotear un avión Jumbo a los 10 años. Les damos una responsabilidad de algo que no pueden manejar.
Saber que somos soñados por Dios desde siempre,que Él nos ama como somos, nos dio la vida, nos regaló infinidad de dones, nos dió a su Madre, para consuelo y ayuda, fortalece el alma de un niño pequeño, y le marca un camino más seguro y pleno.
Cómo? No es la obligación de ir a misa,es la alegría de visitar al Padre; no es el compromiso de rezar, es hablar con un amigo, con Jesús.
No hay escusas, de que no hay tiempo, porque mi diálogo puedo entablarlo mientras camino, viajo, limpio. Y la Iglesia, con muchos defectos, y limitaciones, ya que está formada por personas, es necesaria porque nos dá el alimento de esta vida espiritual. El Bautismo, la reconciliación, la Eucarístía, son imprescindibles para nutrir nuestra alma, del aliento de Dios, para tener fortaleza, solidaridad, alegría y amor.
Muchos nos hemos quedado en el antiguo catecismo, en el que se hablaba de un Dios castigador, pero hemos crecido, por lo tanto hay que dejar la papilla y empezar a comer alimentos sólidos.
En estas épocas de vacío existencial, de juventud errante, de viejos solos, de falta de rumbo, miremos un poquito la vida interior, mejor dicho,vida espiritual, y no olvidemos que la mejor manera de transmitirla es el ejemplo y el acompañamiento.
Se lo pido a Dios todos los días!

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